La familia tradicionalmente ha constituido el nido de la educación de los hijos, en esta sociedad que vivimos la familia ha ido cambiando, han surgido nuevos tipos de familia y otras se han desestructurado. Muchas veces nos encontramos con familias que necesitan ayuda en la educación de sus hijos y es aquí donde el educador social puede tender la mano a la familia.
El contexto familiar es muy importante para la educación de los hijos, la familia constituye un sistema en el que todos los miembros interactúan entre sí, se influyen y evolucionan.
La familia tiene diversas funciones, como asegurar la supervivencia de sus hijos a través de los cuidados, facilitar un contexto afectivo y emocional adecuado para el desarrollo e instruir acerca de las normas y pautas de conducta ajustadas al contexto sociocultural al que los hijos se enfretarán.
Estas funciones tienen como eje común el vínculo afectivo establecido entre padres e hijos desde el inicio de la vida, este vínculo es el llamado "apego”.
El apego es un vínculo afectivo que se establece desde los primeros momentos de vida y responde a una de las necesidades básicas del ser humano, como el sentirse seguro, protegido y próximo a la figura de apego.
Es básico para un correcto desarrollo, el apego es una relación que se va construyendo, creciendo y cambiando a lo largo de la vida.
La familia es el primer lugar donde los niños aprenden a interactuar con los demás. Los padres son los que empiezan a poner límites en la conducta del niño y empiezan a pautar las interacciones desde los primeros meses de vida.
Los padres adoptan pautas educativas que van a depender de muchos factores, como las propias experiéncias educativas, el carácter de los hijos y de los padres, las expectativas sobre los hijos, las ideas implícitas de los padres acerca del desarrollo y la educación , y tambien influirá mucho aspectos externos como la clase social y el entorno cultural.
Estas pautas educativas que los padres aplican se llaman “estilos educativos” y dependiendo del estilo educativo va a provocar una respuesta u otra en los hijos.
Los adultos nos convertimos en modelos de referencia para los niños y prueba de ello es el siguiente video.
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